El pasto kikuyo tiene unas raíces muy fuertes y se expande rápidamente. Esto no significa que sea malo, en realidad protege muy bien el suelo, en especial si está asociado con trébol. Pero cuando queremos hacer huerta, puede ser un verdadero problema.
Generalmente, para cultivar se extrae el kikuyo con una barra y un azadón y se limpia el suelo, dejándolo libre de raíces y de posibles nuevos brotes. Es un trabajo físico fuerte y que demanda mucho tiempo. Esta vez, les contamos la experiencia de nuestra guardiana Karina Dammer de Proyecto Atuk para hacer camas rápidas de cultivo sobre el kikuyo.
Materiales:
- Papel periódico y cartón
- Ramas secas medianas
- Estiércol de animal (recomendable llama, vaca, borrego, cabra, conejo o cuy)
- Gallinaza o estiércol de gallina (pide a un productor de huevos orgánicos o gallinas felices; la de galpón está llena de contaminantes)
- Compost fresco
- Cobertura, mulch o césped cortado seco
Elaboración:
- Haz un tamaño de cama que sea cómodo para trabajar de ambos lados, estira tu brazo como si estuvieras trabajando y calcula el doble aproximadamente.
- Pon una capa de cartón sobre el césped. Mójala hasta que quede bien húmeda. La ausencia de luz matará al kikuyo.
- Pon unas 4 capas de papel periódico, mojando bien cada capa.
- Pon una capa gruesa de estiércol (5 a 8 cm.)
- Pon una capa delgada de gallinaza (2 a 4 cm.)
- Puedes poner un poco de ceniza de leña (esparcida sobre la gallinaza)
- Pon una capa gruesa de compost fresco (15 a 20 cm.)
- Cubre con una capa de cobertura (hojas secas, o algún material como cascarilla de arroz) para que no se escape la humedad.
Haz la primera siembra directamente en el compost. Usa plantas con raíces poco profundas o cuya raíz no sea aprovechable. No aconsejamos sembrar tubérculos en el primer ciclo de siembra.
¿Preocupación por las tintas del cartón y el papel?
En uno de los talleres que dicta Karina asistió un alumno muy preocupado por los residuos químicos de las tintas que podrían filtrarse en el suelo, y en consecuencia a los cultivos comestibles. Desarrolló una investigación a detalle de qué pasa químicamente y los resultados nos sorprenden. Al llegar al suelo, las tintas son atrapadas en moléculas que no son digeribles por las plantas. Por lo tanto, si ponemos papel impreso en cantidades pequeñas, procuramos una alta biodiversidad en el cultivo y aportamos suficiente compost no tenemos de qué preocuparnos.